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PILATES

El porque de hacer Pilates


          Estar más ágil y flexible. Mejorar la fuerza en general y fortalecer la musculatura central (abdominal). Mejorar la salud postural, aliviando dolores y contracturas. Fortalecer la espalda y reeducar la postura. Trabajar intensamente sin impacto en las articulaciones. Mejorar la circulación sanguínea. Aumentar la densidad ósea, previniendo la osteoporosis. Optimizar el desempeño deportivo especialmente en el tenis, golf, artes marciales y ski. Mejorar el estado de ánimo, disminuir tensiones y combatir el sedentarismo. Posturas de Vida Con el paso de los años, comenzamos a endurecernos, a acortarnos muscularmente y vamos perdiendo la movilidad de nuestro cuerpo. La fuerza de la gravedad hace su trabajo y en la mayoría de los casos ni somos concientes de que nos vamos achicando. La extenuante rutina, sumada al sedentarismo creciente de las grandes ciudades y las presiones, hace que cada vez nos movamos menos y músculo que no se ejercita, se termina atrofiando. Nos llegan alumnos al estudio que ya no pueden agacharse para atarse las zapatillas, han perdido el mínimo de flexibilidad necesario para tal fin. No pueden levantar los brazos por sobre la cabeza, han perdido la movilidad de su columna y cuando necesitan girar lo hacen en bloque como si estuvieran soldados. Como bien decía Joseph Pilates: "Si tiene la espalda rígida a los 30, ya es un anciano. Si la tiene totalmente flexible a los 60, todavía es joven". Somos la generación que trabaja más cantidad de horas y se mueve cada vez menos, en comparación a otras épocas. Nuestros tejidos se adaptan a la posición que le proponemos, si pasamos 9 horas diarias frente a una computadora, nuestro cuerpo se adapta a esa postura. Comienzan a aparecer alteraciones en la columna, se alargan y debilitan los músculos de zona dorsal de la espalda y se acortan los músculos del pecho y comenzamos a caminar la vida con una joroba en la espalda (actitud cifótica). Las piernas que permanecen dobladas y quietas durante largos períodos del día, comienzan a perder su flexibilidad. Pensá cuál es la posición en la que pasas la mayor parte del día y fijáte en un espejo si ya no adaptaste esa misma posición a tu vida. Una mala postura envejece más que las primeras arrugas. La respiración, con el paso del tiempo también se debilita (producto de estos acortamientos de la cadena muscular inspiratoria) y nuestro caudal pulmonar decrece día tras día, ante el menor esfuerzo, nos agitamos y el corazón comienza a latir muy rápido ante el menor esfuerzo. A diario, le exigimos a nuestro cuerpo grandes esfuerzos y muy pocas veces tenemos en cuenta qué es lo que nuestro cuerpo nos pide que hagamos por él. Para muchas personas, el cuerpo es algo ajeno, desconocido; no se dan cuenta que, como dice Therese Bertherat: "nuestro cuerpo es nosotros mismos. Somos lo que parecemos ser. Pero nos negamos a admitirlo. No nos atrevemos a mirarnos". Un alto porcentaje de nuestros alumnos acudieron a consultarnos por clases de Pilates, luego de un tiempo razonable de soportar algún tipo de dolor en su cuerpo o en el peor de los casos, cuando ya las dosis de analgésicos no surtieron más efecto. Cuando el semáforo del dolor ya está en el rojo, aparece el consejo profesional de comenzar alguna actividad física que corte el círculo vicioso del dolor. Para este momento hace tiempo que pasamos del leve malestar a un trastorno crónico. Lamentablemente, muchas veces, "el dolor" nos hace concientizar que tenemos que ocuparnos de nuestro cuerpo. El cuerpo tiene sus propias exigencias y necesidades, y no está disociado de nuestros pensamientos; al contrario, somos una unidad cuerpo-mente. Lo que nos pasa por dentro es fácilmente decodificado por fuera. Las posturas y acciones de una persona nos hablan del tipo de persona que es. No sólo comenzamos a parecer mas viejos, sino que actuamos como viejos !!! Estoy seguro de que tendrás muchos sueños por realizar en tu vida y muchas veces te está faltando la energía necesaria para empezar a caminarlos.






Alineación postural con el Médodo Pilates

Cuando el cuerpo esta «liberado» y equilibrado,
puede considerarse estructural y mecánicamente en forma

alineacion postural pilates

El cuerpo humano es una estructura compuesta de partes relacionadas y dependientes entre sí. Su armazón básico consta de huesos, cartílagos, ligamentos, tendones y músculos. Es flexible y dinámico, y se halla sujeto a leyes mecánicas. El punto fundamental de la estructura humana son las articulaciones; y su integridad determina la buena forma estructural.

Cuando las articulaciones están rígidas, debemos aflojarlas; donde hay falta de movimiento, debemos alentarlo; donde las piezas están comprimidas, debemos estirarlas; donde son demasiado largas, debemos acortarlas. Sólo entonces, cuando la estructura humana esté «liberada» y equilibrada en todas sus articulaciones, podremos considerarla estructural y mecánicamente en forma.

columna vertebral


La estructura es un mecanismo
Las articulaciones del cuerpo están constantemente actuando de forma recíproca. De un modo u otro, cada una de ellas depende de todas las demás, y en conjunto funcionan como un mecanismo único. Por ejemplo, el sencillo gesto de volver la cabeza, pone sutilmente en movimiento a toda la columna. Incluso la respiración provoca un movimiento ondulatorio de la columna vertebral que afecta a todas sus articulaciones. Al estar de pie o al andar, las articulaciones de los pies interactúan con las que conectan el cuello y la cabeza. Por lo general, no nos damos cuenta de esta sutil interacción, de este ajuste fino entre las diversas partes del cuerpo, pero lo cierto es que tiene lugar en todo momento.
El cuerpo no es capaz de ajustarse fácil y económicamente si alguna articulación está rígida, anquilosada o desequilibrada. La rigidez de las caderas, por ejemplo, provoca un desajuste entre la pelvis y la columna que a su vez causa tensión en la columna. Las tensiones de los pies pueden dar lugar a desajustes y tensión en la pelvis. La rigidez de los hombros es causa de tensión en la caja torácica y parte superior de la espalda.

Sin embargo, podemos «reajustar» el cuerpo a fin de mejorar su mecánica, su estructura y su capacidad de autorregulación.


La amptitud estructural requiere tres condiciones:


1) Todos los «espacios» articulares deben sufrir una compresión mínima en condiciones normales, es decir, el cuerpo debe tener la capacidad de estirarse completamente.
2) Todas las articulaciones deben disponer de su plena amplitud natural de movimiento.
3) Las tensiones musculares naturales en torno a toda articulación deben estar más o menos compensadas a fin de mantener centrado su peso. Si despojáramos al esqueleto de todos los músculos, ligamentos y tejidos blandos, dejando nada más que los huesos, éstos encajarían perfectamente. El cuerpo está natural y mecánicamente diseñado para autoajustarse con un mínimo de tensión, rozamiento y resistencia entre sus partes. Son los músculos lo que los deforman, inhiben y agarrotan la estructura.